SIN DESPEDIRSE

Cayeron copos de nieve
sobre mis sienes de roca,
la vida me sabe a poca
en este mañana breve.

con extremos tan opuestos
como las notas del piano,
que toca la ajena mano
con sentimientos funestos.

Y de tanto en tanto viene
el sol a derretir mi hielo,
va destruyendo el anhelo
de quien el amor no tiene.

Ya se fué la inspiración
sin despedirse amorosa,
ya encontrará otra rosa
a quien darle su atención.

EL BIEN Y EL MAL

 

 

¿De qué están hechos los corazones
que no tienen sentimientos?.
Están hechos de lamentos,
y de ilusiones frustadas.
¿De qué se hacen los huecos
oscuros entre las almas?.
Del desprecio aún sabiendo
que los vidrios rotos se clavan,
cuando se esparce el mal
y a un corazón atrapa.
Nadie dijo que esta vida
fuese buena, o fuese mala,
así la hicimos los hombres
no echemos culpa a nada.
Dios nos tenga de su mano
cuando al ser atacadas
lloran las almas la sangre
por las injusticias grabadas.
Ves por el recto camino
sin olvidar que otra alma,
es como la tuya, siente,
siente el dolor y hasta rabia.
No culpes si lo sembrado
recoges en cosecha ancha.
Si fué amor, amor tienes.
Si fué odio llenarán tus arcas
el desdén e indiferencia,
la soledad y distancia.



ANTÍTESIS



Desde que las alas tienen
reflejos negros del alma,
desde que el dolor ensalma
los sentimientos que vienen.

Desde que ya no hay estrellas,
y tus letras son agravios,
se convierten en sudarios
para cualquiera de aquellas.

No te temo, no te alisto
en mis amigos del alma,
no me robarás mi calma
si lo esperas, pues vas listo.

Tú, culpable del dolor,
de tu caída en picado,
tú mismo te lo has buscado
pintándolo sin color.

Muy pronto serás olvido
como olvido fué tu vida,
tan triste y tan mal perdída
como pájaro sin nido.

Él me adora, yo tanto le amo...
le sigo porque le adoro,
vale más que todo el oro
no le tengo algún reclamo.

Pena me das, alma en pena,
penando vas por la vida.
Yo sigo sin una herída
pues escogí vida buena.

TUS BRAZOS

HOY LA TRISTEZA...

 

 

Hoy la tristeza
se ha instalado cómodamente
en el sofá de mi corazón.
Me abre los brazos
y me abraza fuértemente
acorralándome en un rincón.
Hoy la tristeza
me dió la vista y la piel
se me erizó.
Vi crueles muestras de
desamor.
Vi al prójimo disfrutando
por hacer el daño mayor
como en una carrera,
en un maraton.
Abro la ventana y aspiro
el aire de la noche.
Entonces la tristeza
da un paso atrás.
Se esconde tras la puerta
intentándome atrapar.
Es tarde, ya no.
Me busqué unos brazos
que me alejan de tu frío.
Mi amor, mi esposo,
mi fiel amante y amigo.



Huye el tiempo

Huye el tiempo.
El ladrón de ilusiones,
en veredas estrechas
de pasiones.

Vuelan  horas
como aves emigrantes
sin retorno jamás
 a las olas.

Y en mi pelo
me nacen hebras blancas
cual destellos de plata
como el hielo.

Y el pasado
como sombra perenne
de las mil primaveras
que he dejado.